lunes, 29 de junio de 2015

Los Mann


Cada vez que vuelvo a los capítulos de esta excelente serie, me sorprende (mucho más que el énfasis en la lucha de Thomas por mantener a raya sus claras tendencias homoeróticas, o el gusto de su refinado hermano Heinrich por las tabernas y clubs de "mala muerte" alternando entre aspirantes a actriz y prostitutas) la crueldad y el desdén de sus hijos -a excepción de la pequeña, Elisabeth, inteligente y compasiva- y, sobre todo, la obsesión de todos ellos por competir o igualar el inalcanzable talento de su padre. Se diría que oportunidades no les faltaron para destacar en la novela, el teatro o la música. Klaus, Erika, Michael... lo tuvieron todo a su favor, incluida la reconocida "tolerancia infinita" de su padre. Creo que "begabt" (dotado, con talento) es la palabra que más se escucha en esta serie, pero es casi una agonía (invivible), un todo o nada por ser, o conseguir, el genio.

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